Aprender a disfrutar de disfrutar

No hace falta hacer algo perfecto para disfrutar haciéndolo. No hace falta ser un experto o ser profesional. Encuentra como aprender a disfrutar de disfrutar

Esto es cierto para la mayor parte de nuestras actividades diarias y es sobretodo cierto cuando de lo que se trata es de disfrutar. Por ejemplo de bailar, de pintar, de cocinar, de comer, de hacer deporte, de tener una conversación agradable, el silencio, una puesta de sol…

Hay veces que estamos tan centrados en la exigencia que no disfrutamos de nada de lo que estamos haciendo. Nos criticamos diciendo que deberíamos hacerlo más rápido, más exacto, mejor. Nos llenamos de dudas: ¿lo estaré haciendo bien? ¿Qué están pensando de mí? ¿Por qué no me sale como he visto en la televisión? Estoy ridículo. Debería hacerlo mejor, «ser» mejor.

En vez de estar centrados en lo que estamos sintiendo y de conectar con el placer que nos produce estamos fuera de nosotros en una zona intermedia donde viven nuestros miedos, nos preocupamos del futuro y angustiamos por el pasado ¿Qué acaba ocurriendo con todo esto? Pues, que dejamos de aprender a disfrutar de disfrutar

La próxima vez prueba a parar un momento, respira hondo, e intenta darte cuenta de qué es lo que a ti no te deja disfrutar. Luego dirige tu atención al momento y al lugar. Sin exigirte. Céntrate solo en lo que estás sintiendo y en lo que de verdad está pasando en ese momento. ¿Notas alguna diferencia?

¿Te ha pasado alguna vez que sientes que vuelves a caer una y otra vez en los mismos miedos? La espiral positiva habla sobre estás situaciones que son más cotidianas de lo que uno puede llegar a pensar y que no te hace avanzar en tu crecimiento personal.